Enzo Pérez ha construido una carrera futbolística plagada de momentos gloriosos. Comenzando desde pequeño en este deporte, su vida se ha encontrado con luchas que lo han formado como un jugador de renombre y reconocimiento en el mundo
Su niñez
Nacido un 22 de febrero de 1986 en el departamento de Maipú de la provincia de Mendoza, su padre Carlos decidió nombrarlo Enzo por su ídolo millonario Enzo Francescolli.
En su familia todos los miembros son hinchas del equipo de Nuñez, el sueño de ellos era ver a Enzo vestir la banda roja, sueño que se cumplió en 2017.
Con respecto a su niñez ha comentado: “No fue fácil. Estábamos tres meses en una casa, cuatro meses en otra, éramos nómades. Mi viejo era albañil y esas profesiones son complicadas por lo que una semana tenés y otra no».
Su decisión de dedicarse al fútbol
Desde los 5 años comenzó a jugar en el club Petroleros de El Bermejo yal cumplir los 16 debutó en la primera del Deportivo Maipú. En ese momento tomó la decisión de dedicarse al fútbol y ayudar económicamente en su hogar.
Un momento que destaca Enzo en su carrera es cuando en Estudiantes conoció a Alejandro Sabella, por lo que el técnico fué un modelo de enseñanza muy importante para él.
Otro gran salto que llegaría a su recorrido como futbolista sería su paso por Benfica y Valencia, etapas que lo formaron mucho más como jugador profesional.
En el Mundial Brasil 2014 formó parte del plantel citado y jugó dos partidos como titular, siendo dirigido una vez más por Pachorra.
Su llegada a River se considera una etapa muy importante en su carrera, ya que esta, además de brindarle un salto futbolístico, le sirvió para cumplir el sueño de él y su familia.
Su familia
Una parte fundamental en la trayectoria de Enzo han sido su esposa Florencia Martinez y sus dos hijos, Enzo Santiago y María Pía. El futbolista en reiteradas ocasiones ha declarado que su carrera no sería lo mismo sin el apoyo constante de su familia.
Enzo Nicolás Pérez puede sentirse orgulloso de lo que ha logrado a lo largo de su recorrido futbolístico. Sus títulos y logros personales hablan por sí solos de la trayectoria condecorada que lleva a sus espaldas.
